- Historia de la investigación (datos historiográficos conocidos).
Las excavaciones del yacimiento dieron comienzo en el siglo XIX sin gran énfasis, sin embargo, no sería hasta inicios del siglo XX cuando, gracias al trabajo del arquitecto alemán Carl Weichardt, se iniciarían los estudios “científicos” del lugar. Aunque fue en 1935 que el yacimiento fue excavado en su totalidad por Amedeo Maiuri, dando nuevas hipótesis, se observan nuevos componentes tanto de fortalezas como palacios y villas romanos (Veronese, 2017). Lamentablemente, la comprensión científica del yacimiento se complica debido a la pérdida de la documentación relacionada con las excavaciones de Giuseppe Feola y Norbert Hadrawa, que indicarían la función y posición de los elementos decorativos y muebles que se encontraran en los distintos niveles estratigráficos y que, con el tiempo, se han perdido (Veronese, 2017).
Por otro lado, otro tipo de intervenciones se realizaron previamente a la entrada en acción de especialistas. Como ejemplo nos encontramos con los casos sucedidos durante el Renacimiento, momento en el que, como fruto del renacido interés por la Antigüedad clásica, se iniciaron estudios/investigaciones que vinculaban las ruinas para vincular el lugar con los textos clásicos haciendo uso para ello del registro material. O, por otro lado, los diversos saqueos fueron efectuados en la zona, ejecutados por Carlos de Borbón, quien en 1734 mandó una expedición con la intención de realizar un expolio y el objetivo de enjoyar sus palacios. (Veronese, 2017).
- Secuencia ocupacional (descripción de las fases de ocupación; cronología inicial; cronología de amortización; criterio de datación).
Augusto viaja por primera vez a la isla de Capri al volver de la batalla de Accio en el 29 a. C. y decide intercambiar con Nápoles la isla de Ischia por Capri, convirtiéndola en una de sus propiedades privadas. El investigador Clemens Krause indica que no hubo ningún otro edificio anterior en el lugar de la villa, por lo que la primera construcción en la zona fue Villa Jovis. Probablemente su construcción se inició cuatro décadas antes del 27 d. C, cuando el emperador abandonó Roma y comenzó a gobernar el imperio en la distancia. (De Franceschini, Marina & Veneziano, Giuseppe., 2013). La primera referencia sobre la estancia del emperador Tiberio en la isla de Capri podemos encontrarla en el autor romano Tácito, especialmente en su obra “Opere”.
Tras la muerte de Tiberio en el 37 d. C., la isla continuó siendo lugar de ocio y descanso, especialmente para un público aristócrata. (Golvin & Salles, 2016, p. 56). La isla se convirtió en destino del exilio de la esposa (Crispina) y hermana (Lucila) del emperador Cómodo, decisión tomada por él mismo por cometer adulterio y participar en una conspiración, respectivamente («Las Villas de Tiberio en Capri», 2018). Esta información la obtenemos de fuentes como Historia Augusta (C,5,7) (Picón García & Cascón Dorado, 1989) e Historia romana (LXXII, 4, 6) de Dion Casio (Candau et al., 2004).
El abandono de la isla comenzó en el siglo III, siendo saqueada por diversos agentes. Se conoce que lo que quedaba de Villa Jovis en la Edad Media fue utilizado como castillo y fortaleza para defender Capri de los ataques de piratas. Algunos siglos después (1610), se construye una pequeña iglesia conocida como Chiesa della Madonna del Soccorso. La capilla continúa en pie hoy en día, dentro del perímetro de Villa Jovis. Tras esto, la antigua residencia del emperador no ha sido modificada, pues el interés por los restos del complejo palaciego comenzó pronto, especialmente cuando la isla pasó a ser posesión de los Borbones en 1735. Estos, que protegieron la isla de las incursiones de los piratas turcos, permitieron que la isla se postulara como una de las paradas de interés de aquellos viajeros que realizaban el Grand Tour (Amato, 2015).
Ilustración 1. Plano de la villa.
Tácito relata que el conjunto arquitectónico constaba de 12 villas nombradas con doce dioses olímpicos, siendo Villa Jovis la más importante. El complejo (de unos 7.000 km2), se sitúa en el extremo noroeste, dominando la colina que se extiende desde la famosa Grotta Bianca hasta la Caterola, a unos 300 metros de altura. Originalmente se construyó con un propósito defensivo, configurado con varios sistemas como, por ejemplo, las grandes cisternas que servían para almacenar y guardar el agua, lo que proveía cierta “autosuficiencia” en caso de un potencial asedio.
El elemento central se trata de una cisterna de 900m2 dividida en cuatro depósitos, la parte inferior estaba dedicada a administrar el agua de la villa y las termas y la superior servía de basamento del edificio. Estas cisternas se conectaban a través de una red de canalizaciones con los baños y se dividían en calidarium, frigidarium y tepidarium. En el extremo norte de la villa se encuentran las salas de recepción enlazadas con los barrios imperiales, totalmente aislados del resto del edificio pero conectados a través de escaleras al triclinium de Tiberio. La logia de la villa, de unos 92 metros de longitud, fue diseñada específicamente para admirar el Golfo napolitano que ocupa el territorio desde Campanella hasta Ischia (Capri: Villa Jovis - Mount Tiberio, s. f.). Por último, la fachada no tenía una decoración especial, daba la impresión de fortaleza
La seguridad también era un elemento imprescindible. Se observa en el acceso a ella una rampa mediante la cual se accedía desde la Avenida de los Mirtos, su puerta estaba adelantada para no acceder directamente al bloque central y mantener al emperador seguro. Del mismo modo, la distribución interna era fácilmente controlable, ya que sus pasillos se hicieron estrechos, las puertas pequeñas y se evitaban grandes superficies.
Tras la puerta encontramos un atrio que, a su izquierda, da acceso a las complejas termas. En el centro se observaría un gran peristilo en cuyo pórtico se encontraban las habitaciones del servicio doméstico y guardias. En el lado oriental de la villa encontraríamos una exedra con un pasillo que llegaría a la estancia del emperador, de la cual destacamos un corredor de 92 metros de longitud, coincidiendo con el escarpe al mar, que daba a un triclinium y a una diaeta (pequeño salón). Es destacable añadir, por otro lado, que Tiberio contaba con un observatorio. Al oeste, en una estancia independiente estaban las cocinas. Los almacenes, por su parte, se encontraban semienterrados, bajo el cuerpo principal de la villa. Otro elemento de gran importancia era el faro de Capri. Se encontraba a una cierta distancia y tenía unas dimensiones de 12 metros de lado y 20 metros de alto, que servía tanto para guiar a los barcos en la noche, como para comunicarse con los observatorios cercanos con señales de humo/fuego.
La conexión entre el dios Júpiter y el emperador la lleva a cabo Augusto para así legitimar su poder. Tiberio seguiría esta línea iconográfica en el palacio y, es por ello, que la villa tiene el nombre de Jovis, ya que en ella habría representaciones del emperador Tiberio como Júpiter. Estas representaciones consistían en el emperador sentado con el torso desnudo y llevando la corona y el báculo, algunos modelos conocidos serían Zeus de Pérgamo y el Poseidón de Milo.
En cuanto a la cultura material, señalaremos el continuo uso de piedras calcáreas que se revestían a través del opus reticulatum y distintos pigmentos del primer periodo augusteo. Además, el suelo está compuesto por mosaicos de mármol realizados a través de la técnica opus sectile. En la época tiberiana se añaden decoraciones a las paredes con mosaicos realizados con vidrio. Sin embargo, durante el siglo XVIII las ruinas fueron víctima de continuos saqueos y de un comportamiento de rapiña ejercido por marmolistas y anticuarios que buscaban enriquecer sus colecciones privadas, recogiendo en el proceso los mármoles preciosos así como demás elementos que resultaran de su interés (Veronese, 2017).
Ilustración 2. Localización de la villa.
- Bibliografía específica.
Amato, A. (2015). Villa Jovis. Progetto di valorizzazione della villa di Tiberio [Tesis de Maestría]. Politecnico di Milano.
Capozzi, R., Fusco, G., & Visconti, F. (2020). Villa Jovis: Architettura e paesaggi dell’archeologia.
Capri: Villa Jovis—Mount Tiberio. (s. f.). Recuperado 12 de noviembre de 2021, de
Veronese, L. (2017). Il palazzo di Tiberio a Capri. L’evoluzione dell’immagine tra iconografia e restauro. Eikonocity. Storia e Iconografia delle Città e dei Siti Europei, 2(2), 121-137. https://doi.org/10.6092/2499-1422/5372- Bibliografía citada al final del trabajo.
Agudo Cubas, R. M. (1992). Las vidas de los doce Césares II. Editorial Gredos.
Bruce, L. (1986). Palace and Villa Libraries from Augustus to Hadrian. Thejlibrhist
The Journal of Library History (1974-1987), 21(3), 510-552.
Candau, J. M., Plácido, D., & Puertas Castaños, M. L. (2004). Historia romana. Gredos.
De Franceschini, M., & Veneziano, G. (2013). «Archaeoastronomy in Roman Imperial Villas:
Villa Jovis in Capri»in Atti del 15° seminario di Archeoastronomia ALSSA Genova, 13-14
aprile 2013, pp. 16-25. ENGLISH TRANSLATION. 2013.
Golvin, J.-C., & Salles, C. (2016). Palacios imperiales de la Roma antigua. Desperta Ferro.
Las Villas de Tiberio en Capri. (2018, noviembre 18). VIATOR IMPERI. https://viatorimperi.es/capri/
Picón García, V., & Cascón Dorado, A. (1989). Historia Augusta. Akal.
Tacitus, C., & Davanzati, B. (1860). Le opere di C. Cornelio Tacito
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